No es el mejor momento para subir impuestos o pensar en recortes de gasto
¿Puede valorar la pretensión del Gobierno español de subir los impuestos para sufragar los costes de la pandemia?
Ahora estamos en medio de una profunda recesión y en una situación de muchísima incertidumbre. Seguramente no es el mejor momento para subir impuestos o pensar en recortes de gasto. Pero una vez la recuperación se asiente, necesitamos un plan de consolidación fiscal que nos devuelva gradualmente a niveles de déficit y deuda sostenibles. Eso exigirá tanto medidas tributarias como actuaciones de racionalización y contención del gasto. Entre las primeras podría estar un recargo transitorio sobre el IRPF y quizás el IVA, pero lo más importante sería abordar una reforma en profundidad del sistema fiscal. Una de las prioridades de esta reforma tiene que ser ampliar las bases tributarias, más que subir unos tipos que en general ya son bastante altos. Entre otras cosas, esa ampliación podría incluir una reducción de los bienes y servicios gravados a los tipos reducidos y superreducidos del IVA y la eliminación de regímenes especiales de tributación, como el sistema de módulos o el régimen simplificado del IVA.
Fedea defiende introducir un ‘coronatributo’. ¿En qué consiste la medida?
La expresión se refiere a los recargos transitorios sobre el IRPF y quizás el IVA de los que acabo de hablar. El nombre hace referencia a que esos recargos servirían para financiar parte de los gastos extraordinarios generados por la pandemia.
¿Es suficiente el esquema de avales ICO y ERTEs en el que se fundamenta en buena parte la acción económica y laboral gubernamental en la actual coyuntura?
Ambos instrumentos han sido muy útiles para parar el golpe a trabajadores y empresas en los primeros momentos de la crisis, pero han de adaptarse a la nueva fase en la que estamos para ayudar a promover la reactivación y facilitar el trasvase de recursos hacia las actividades y empresas con mejores perspectivas. Los ERTEs deberán ir haciéndose más selectivos y aportar incentivos para la reactivación de la plantilla y su formación. En cuanto a los préstamos con garantía pública, hay que empezar a pensar en qué vamos a hacer cuando empiecen a llegar los impagos y en cómo facilitar y agilizar reestructuraciones que permitan sobrevivir a las empresas viables y liquidaciones ordenadas de las demás.
¿Qué espera de los fondos europeos? ¿Aboga por su condicionalidad?
El Fondo de Reconstrucción y otros mecanismos de ayuda puestos en marcha por la Unión Europea son una gran oportunidad para reactivar y reestructurar nuestra economía, orientándola hacia un crecimiento sostenido y una mayor competitividad. Espero que sepamos aprovecharlos bien y a ello podría ayudar mucho una condicionalidad sensata que nos obligue a presentar proyectos bien pensados y con una elevada rentabilidad social. No se trata de gastar por gastar, sino de hacerlo en cosas que nos hagan más productivos en el futuro o generen beneficios duraderos de otra índole, como ayudar a combatir las secuelas del cambio climático o acelerar la descarbonización.
¿Cree que la política del BCE de proporcionar liquidez a los mercados financieros está sujeta a un límite cuantitativo?
Seguramente, pero de momento no parece que hayamos alcanzado ese límite.
Alzando un poco la mirada, ¿cuáles son los principales retos que afronta España en el medio y largo plazo?
Además de la recuperación tras la crisis actual, que nos ha hecho más pobres y más desiguales, nos enfrentamos a un reto demográfico importante y a un mundo cada vez más complicado e incierto. Tenemos también problemas políticos internos complicados, incluyendo la situación catalana y una creciente polarización y crispación políticas que empiezan a ser muy preocupantes.
No es el mejor momento para subir impuestos o pensar en recortes de gasto
¿Puede valorar la pretensión del Gobierno español de subir los impuestos para sufragar los costes de la pandemia?
Ahora estamos en medio de una profunda recesión y en una situación de muchísima incertidumbre. Seguramente no es el mejor momento para subir impuestos o pensar en recortes de gasto. Pero una vez la recuperación se asiente, necesitamos un plan de consolidación fiscal que nos devuelva gradualmente a niveles de déficit y deuda sostenibles. Eso exigirá tanto medidas tributarias como actuaciones de racionalización y contención del gasto. Entre las primeras podría estar un recargo transitorio sobre el IRPF y quizás el IVA, pero lo más importante sería abordar una reforma en profundidad del sistema fiscal. Una de las prioridades de esta reforma tiene que ser ampliar las bases tributarias, más que subir unos tipos que en general ya son bastante altos. Entre otras cosas, esa ampliación podría incluir una reducción de los bienes y servicios gravados a los tipos reducidos y superreducidos del IVA y la eliminación de regímenes especiales de tributación, como el sistema de módulos o el régimen simplificado del IVA.
Fedea defiende introducir un ‘coronatributo’. ¿En qué consiste la medida?
La expresión se refiere a los recargos transitorios sobre el IRPF y quizás el IVA de los que acabo de hablar. El nombre hace referencia a que esos recargos servirían para financiar parte de los gastos extraordinarios generados por la pandemia.
¿Es suficiente el esquema de avales ICO y ERTEs en el que se fundamenta en buena parte la acción económica y laboral gubernamental en la actual coyuntura?
Ambos instrumentos han sido muy útiles para parar el golpe a trabajadores y empresas en los primeros momentos de la crisis, pero han de adaptarse a la nueva fase en la que estamos para ayudar a promover la reactivación y facilitar el trasvase de recursos hacia las actividades y empresas con mejores perspectivas. Los ERTEs deberán ir haciéndose más selectivos y aportar incentivos para la reactivación de la plantilla y su formación. En cuanto a los préstamos con garantía pública, hay que empezar a pensar en qué vamos a hacer cuando empiecen a llegar los impagos y en cómo facilitar y agilizar reestructuraciones que permitan sobrevivir a las empresas viables y liquidaciones ordenadas de las demás.
¿Qué espera de los fondos europeos? ¿Aboga por su condicionalidad?
El Fondo de Reconstrucción y otros mecanismos de ayuda puestos en marcha por la Unión Europea son una gran oportunidad para reactivar y reestructurar nuestra economía, orientándola hacia un crecimiento sostenido y una mayor competitividad. Espero que sepamos aprovecharlos bien y a ello podría ayudar mucho una condicionalidad sensata que nos obligue a presentar proyectos bien pensados y con una elevada rentabilidad social. No se trata de gastar por gastar, sino de hacerlo en cosas que nos hagan más productivos en el futuro o generen beneficios duraderos de otra índole, como ayudar a combatir las secuelas del cambio climático o acelerar la descarbonización.
¿Cree que la política del BCE de proporcionar liquidez a los mercados financieros está sujeta a un límite cuantitativo?
Seguramente, pero de momento no parece que hayamos alcanzado ese límite.
Alzando un poco la mirada, ¿cuáles son los principales retos que afronta España en el medio y largo plazo?
Además de la recuperación tras la crisis actual, que nos ha hecho más pobres y más desiguales, nos enfrentamos a un reto demográfico importante y a un mundo cada vez más complicado e incierto. Tenemos también problemas políticos internos complicados, incluyendo la situación catalana y una creciente polarización y crispación políticas que empiezan a ser muy preocupantes.
No es el mejor momento para subir impuestos o pensar en recortes de gasto
¿Puede valorar la pretensión del Gobierno español de subir los impuestos para sufragar los costes de la pandemia?
Ahora estamos en medio de una profunda recesión y en una situación de muchísima incertidumbre. Seguramente no es el mejor momento para subir impuestos o pensar en recortes de gasto. Pero una vez la recuperación se asiente, necesitamos un plan de consolidación fiscal que nos devuelva gradualmente a niveles de déficit y deuda sostenibles. Eso exigirá tanto medidas tributarias como actuaciones de racionalización y contención del gasto. Entre las primeras podría estar un recargo transitorio sobre el IRPF y quizás el IVA, pero lo más importante sería abordar una reforma en profundidad del sistema fiscal. Una de las prioridades de esta reforma tiene que ser ampliar las bases tributarias, más que subir unos tipos que en general ya son bastante altos. Entre otras cosas, esa ampliación podría incluir una reducción de los bienes y servicios gravados a los tipos reducidos y superreducidos del IVA y la eliminación de regímenes especiales de tributación, como el sistema de módulos o el régimen simplificado del IVA.
Fedea defiende introducir un ‘coronatributo’. ¿En qué consiste la medida?
La expresión se refiere a los recargos transitorios sobre el IRPF y quizás el IVA de los que acabo de hablar. El nombre hace referencia a que esos recargos servirían para financiar parte de los gastos extraordinarios generados por la pandemia.
¿Es suficiente el esquema de avales ICO y ERTEs en el que se fundamenta en buena parte la acción económica y laboral gubernamental en la actual coyuntura?
Ambos instrumentos han sido muy útiles para parar el golpe a trabajadores y empresas en los primeros momentos de la crisis, pero han de adaptarse a la nueva fase en la que estamos para ayudar a promover la reactivación y facilitar el trasvase de recursos hacia las actividades y empresas con mejores perspectivas. Los ERTEs deberán ir haciéndose más selectivos y aportar incentivos para la reactivación de la plantilla y su formación. En cuanto a los préstamos con garantía pública, hay que empezar a pensar en qué vamos a hacer cuando empiecen a llegar los impagos y en cómo facilitar y agilizar reestructuraciones que permitan sobrevivir a las empresas viables y liquidaciones ordenadas de las demás.
¿Qué espera de los fondos europeos? ¿Aboga por su condicionalidad?
El Fondo de Reconstrucción y otros mecanismos de ayuda puestos en marcha por la Unión Europea son una gran oportunidad para reactivar y reestructurar nuestra economía, orientándola hacia un crecimiento sostenido y una mayor competitividad. Espero que sepamos aprovecharlos bien y a ello podría ayudar mucho una condicionalidad sensata que nos obligue a presentar proyectos bien pensados y con una elevada rentabilidad social. No se trata de gastar por gastar, sino de hacerlo en cosas que nos hagan más productivos en el futuro o generen beneficios duraderos de otra índole, como ayudar a combatir las secuelas del cambio climático o acelerar la descarbonización.
¿Cree que la política del BCE de proporcionar liquidez a los mercados financieros está sujeta a un límite cuantitativo?
Seguramente, pero de momento no parece que hayamos alcanzado ese límite.
Alzando un poco la mirada, ¿cuáles son los principales retos que afronta España en el medio y largo plazo?
Además de la recuperación tras la crisis actual, que nos ha hecho más pobres y más desiguales, nos enfrentamos a un reto demográfico importante y a un mundo cada vez más complicado e incierto. Tenemos también problemas políticos internos complicados, incluyendo la situación catalana y una creciente polarización y crispación políticas que empiezan a ser muy preocupantes.