Más del 75% de las empresas no cumplen con la cuota de reserva del 2% para personas con discapacidad.
Han transcurrido cuatro décadas desde la aprobación de la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI), con la posterior entrada en vigor del Real Decreto 1/2013. ¿Puede valorar sus resultados en lo que concierne a la integración laboral de las personas con discaPacidad?
Era necesario llevar a cabo una actualización de los principios normativos, con el propósito de adaptarlos a la evolución que ha sufrido la sociedad y, en concreto, el mercado laboral. Pero debemos reconocer que la respuesta al objetivo de esta ley no se ha cumplido, toda vez que en la actualidad más del 75% de las empresas no cumplen con la cuota de reserva del 2%.
¿Cabe algún desarrollo legislativo suplementario para avanzar todavía más en la cuestión o habría que procurar, sobre todo, por más concienciación entre el tejido empresarial del país?
Es obvio que existe un desconocimiento, por parte de las empresas, de la normativa actual en relación con la inclusión laboral de personas con discapacidad. Asimismo, ni las ayudas establecidas como bonificaciones a la Seguridad Social, subvenciones o deducciones en el Impuesto sobre Sociedades han estimulado a las empresas a contratar personas con discapacidad. Por lo tanto, creo que este estímulo se debe hacer desde una vertiente más pedagógica, con campañas de concienciación como las que desde nuestra Federació realizamos en el mundo empresarial.
¿Cuál es el papel que ejercen los centros especiales de empleo (CEE) en este contexto? ¿Se ha completado la transición de un modelo meramente asistencial a otro de verdadera integración productiva de acuerdo con los requerimientos actuales de la economía social?
Hoy en día podemos afirmar que los CEE, en su inmensa mayoría, funcionan como meras empresas en todos sus aspectos y que compiten en sectores en los cuales hasta hace poco era impensable, lo que resulta muy positivo.
¿El de la contratación socialmente responsable es el mejor modo de visibilizar el talento de las personas con discapacidad?
Para el sector ha sido y es un modo de visualización muy importante, sobre todo en la gran empresa. Pienso que nuestra asignatura pendiente radica en que ésta se produzca también en la pequeña y mediana empresa.
La pandemia vírica ha supuesto, además de su vertiente sanitaria, un reto en materia laboral para el conjunto de la población. ¿Cuál ha sido la afectación para el colectivo que representa la Federació?
La afectación ha sido, del mismo modo que ha ocurrido con todo el tejido empresarial, muy diversa y en función del tipo de actividad. Mientras que algunos CEE se vieron forzados a cerrar por falta de pedidos, otros se vieron obligados incluso a incrementar la plantilla porque su actividad era muy necesaria para la sociedad en dicho contexto.
Usted ha ejercido la vicepresidencia de la organización a lo largo de los mandatos de tres presidentes distintos. ¿Cuál es la impronta que desearía dejar ahora en su presidencia?
Dado que los centros especiales de empleo han evolucionado enormemente, los asociados de una patronal como la nuestra necesitan cada vez más; por consiguiente, me gustaría que durante mi mandato podamos hacer de la FECETC una entidad que responda a todas estas necesidades. Otro objetivo, en el que ya estanos trabajando, es la firma de convenios para darnos a conocer, a través de las grandes patronales, así como concienciar a la empresa ordinaria de las muchas capacidades y el talento de las personas con discapacidad.
Más del 75% de las empresas no cumplen con la cuota de reserva del 2% para personas con discapacidad.
Han transcurrido cuatro décadas desde la aprobación de la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI), con la posterior entrada en vigor del Real Decreto 1/2013. ¿Puede valorar sus resultados en lo que concierne a la integración laboral de las personas con discaPacidad?
Era necesario llevar a cabo una actualización de los principios normativos, con el propósito de adaptarlos a la evolución que ha sufrido la sociedad y, en concreto, el mercado laboral. Pero debemos reconocer que la respuesta al objetivo de esta ley no se ha cumplido, toda vez que en la actualidad más del 75% de las empresas no cumplen con la cuota de reserva del 2%.
¿Cabe algún desarrollo legislativo suplementario para avanzar todavía más en la cuestión o habría que procurar, sobre todo, por más concienciación entre el tejido empresarial del país?
Es obvio que existe un desconocimiento, por parte de las empresas, de la normativa actual en relación con la inclusión laboral de personas con discapacidad. Asimismo, ni las ayudas establecidas como bonificaciones a la Seguridad Social, subvenciones o deducciones en el Impuesto sobre Sociedades han estimulado a las empresas a contratar personas con discapacidad. Por lo tanto, creo que este estímulo se debe hacer desde una vertiente más pedagógica, con campañas de concienciación como las que desde nuestra Federació realizamos en el mundo empresarial.
¿Cuál es el papel que ejercen los centros especiales de empleo (CEE) en este contexto? ¿Se ha completado la transición de un modelo meramente asistencial a otro de verdadera integración productiva de acuerdo con los requerimientos actuales de la economía social?
Hoy en día podemos afirmar que los CEE, en su inmensa mayoría, funcionan como meras empresas en todos sus aspectos y que compiten en sectores en los cuales hasta hace poco era impensable, lo que resulta muy positivo.
¿El de la contratación socialmente responsable es el mejor modo de visibilizar el talento de las personas con discapacidad?
Para el sector ha sido y es un modo de visualización muy importante, sobre todo en la gran empresa. Pienso que nuestra asignatura pendiente radica en que ésta se produzca también en la pequeña y mediana empresa.
La pandemia vírica ha supuesto, además de su vertiente sanitaria, un reto en materia laboral para el conjunto de la población. ¿Cuál ha sido la afectación para el colectivo que representa la Federació?
La afectación ha sido, del mismo modo que ha ocurrido con todo el tejido empresarial, muy diversa y en función del tipo de actividad. Mientras que algunos CEE se vieron forzados a cerrar por falta de pedidos, otros se vieron obligados incluso a incrementar la plantilla porque su actividad era muy necesaria para la sociedad en dicho contexto.
Usted ha ejercido la vicepresidencia de la organización a lo largo de los mandatos de tres presidentes distintos. ¿Cuál es la impronta que desearía dejar ahora en su presidencia?
Dado que los centros especiales de empleo han evolucionado enormemente, los asociados de una patronal como la nuestra necesitan cada vez más; por consiguiente, me gustaría que durante mi mandato podamos hacer de la FECETC una entidad que responda a todas estas necesidades. Otro objetivo, en el que ya estanos trabajando, es la firma de convenios para darnos a conocer, a través de las grandes patronales, así como concienciar a la empresa ordinaria de las muchas capacidades y el talento de las personas con discapacidad.
Más del 75% de las empresas no cumplen con la cuota de reserva del 2% para personas con discapacidad.
Han transcurrido cuatro décadas desde la aprobación de la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI), con la posterior entrada en vigor del Real Decreto 1/2013. ¿Puede valorar sus resultados en lo que concierne a la integración laboral de las personas con discaPacidad?
Era necesario llevar a cabo una actualización de los principios normativos, con el propósito de adaptarlos a la evolución que ha sufrido la sociedad y, en concreto, el mercado laboral. Pero debemos reconocer que la respuesta al objetivo de esta ley no se ha cumplido, toda vez que en la actualidad más del 75% de las empresas no cumplen con la cuota de reserva del 2%.
¿Cabe algún desarrollo legislativo suplementario para avanzar todavía más en la cuestión o habría que procurar, sobre todo, por más concienciación entre el tejido empresarial del país?
Es obvio que existe un desconocimiento, por parte de las empresas, de la normativa actual en relación con la inclusión laboral de personas con discapacidad. Asimismo, ni las ayudas establecidas como bonificaciones a la Seguridad Social, subvenciones o deducciones en el Impuesto sobre Sociedades han estimulado a las empresas a contratar personas con discapacidad. Por lo tanto, creo que este estímulo se debe hacer desde una vertiente más pedagógica, con campañas de concienciación como las que desde nuestra Federació realizamos en el mundo empresarial.
¿Cuál es el papel que ejercen los centros especiales de empleo (CEE) en este contexto? ¿Se ha completado la transición de un modelo meramente asistencial a otro de verdadera integración productiva de acuerdo con los requerimientos actuales de la economía social?
Hoy en día podemos afirmar que los CEE, en su inmensa mayoría, funcionan como meras empresas en todos sus aspectos y que compiten en sectores en los cuales hasta hace poco era impensable, lo que resulta muy positivo.
¿El de la contratación socialmente responsable es el mejor modo de visibilizar el talento de las personas con discapacidad?
Para el sector ha sido y es un modo de visualización muy importante, sobre todo en la gran empresa. Pienso que nuestra asignatura pendiente radica en que ésta se produzca también en la pequeña y mediana empresa.
La pandemia vírica ha supuesto, además de su vertiente sanitaria, un reto en materia laboral para el conjunto de la población. ¿Cuál ha sido la afectación para el colectivo que representa la Federació?
La afectación ha sido, del mismo modo que ha ocurrido con todo el tejido empresarial, muy diversa y en función del tipo de actividad. Mientras que algunos CEE se vieron forzados a cerrar por falta de pedidos, otros se vieron obligados incluso a incrementar la plantilla porque su actividad era muy necesaria para la sociedad en dicho contexto.
Usted ha ejercido la vicepresidencia de la organización a lo largo de los mandatos de tres presidentes distintos. ¿Cuál es la impronta que desearía dejar ahora en su presidencia?
Dado que los centros especiales de empleo han evolucionado enormemente, los asociados de una patronal como la nuestra necesitan cada vez más; por consiguiente, me gustaría que durante mi mandato podamos hacer de la FECETC una entidad que responda a todas estas necesidades. Otro objetivo, en el que ya estanos trabajando, es la firma de convenios para darnos a conocer, a través de las grandes patronales, así como concienciar a la empresa ordinaria de las muchas capacidades y el talento de las personas con discapacidad.