“Hay que promover las vocaciones técnicas”
Catalunya abanderó la industrialización en España. ¿Cómo afronta el reto de la cuarta revolución industrial?
Catalunya sigue siendo un referente de la industria tanto en producción como en exportación. El reto está en el desarrollo de la industria 4.0, esto es, en la introducción de las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones en los procesos productivos y en la innovación de los productos y su comercialización. Para ello es clave disponer en el tejido social de suficiente talento tecnológico -a lo que contribuyen las universidades tecnológicas en Catalunya- y de un gran espíritu innovador.
¿Cuáles son los ámbitos de responsabilidad de los sectores público y privado ante el nuevo paradigma?
Las administraciones públicas deben favorecer la nueva revolución industrial: aquí radica el posicionamiento industrial futuro de Catalunya. Hay que orientar las políticas a la mejora de la financiación de las universidades y centros de innovación -donde se gestiona la calidad del talento- y promover las condiciones para la atracción de talento exterior. Y el sector privado tiene que acelerar la introducción de las tecnologías digitales para no perder competitividad y evitar quedarse fuera de los nuevos mercados emergentes. Los ámbitos público y privado deben coordinar acciones que permitan acelerar el proceso de forma eficaz con el impulso de una demanda innovadora que el sector productivo local pueda satisfacer y el favorecimiento de la concentración empresarial en entidades de mayor volumen que facilite los procesos de exportación.
¿Qué efectos pueden producirse en el mercado laboral como consecuencia de este cambio?
La transformación del tejido trae como consecuencia la sustitución progresiva de mano de obra de baja cualificación por automatismos y robots, al tiempo que se precisa de personal más cualificado para desarrollar, atender y mantener sistemas productivos tecnológicamente más complejos. Se da un desplazamiento de la tipología del trabajo por la que se transfieren trabajadores hacia el sector de servicios y se demandan nuevos trabajadores de más valor añadido.
¿El modelo educativo garantiza una posición de competitividad para la economía catalana?
El modelo educativo catalán, enfocado a la potenciación de las actitudes personales, es muy adecuado para favorecer la consecución del talento. Pero debería hacerse un esfuerzo suplementario en generar vocaciones técnicas -que se están mostrando insuficientes para atender la creciente demanda de perfiles para la nueva industria 4.0- y en revisar la formación profesional, que si bien ha mejorado mucho en los últimos años, deberá adecuarse a las nuevas necesidades industriales.
¿Puede valorar el aprovechamiento que se hace de las potencialidades de las TIC en nuestra sociedad?
No se puede pretender contar con un sector industrial avanzado dentro de una sociedad que no lo es en el uso de las TIC. Su adopción en la sociedad española ha ido siempre retrasada con respecto a los indicadores de los países de la Unión Europea (UE). Catalunya ha tenido una evolución algo más avanzada, en el entorno de la media europea, lo que facilitará un mejor desarrollo de la industria 4.0.
¿Ve factible blindar el Estado del Bienestar tras los efectos de las políticas de austeridad de la UE y, sobre todo, teniendo en cuenta cuáles son las tendencias demográficas en el país?
El Estado del Bienestar no sufre por la política de austeridad marcada por la Unión, sino por los recortes presupuestarios que algunos países -también el nuestro- se han visto obligados a hacer para atender a una deuda desbocada, por el despilfarro y la pésimas decisiones inversoras en el sector público y en el privado. Sea como fuere, parece que se estén priorizando los objetivos de crecimiento sobre los verdaderos retos de la sociedad, como son el envejecimiento de la población, el cambio climático, la sostenibilidad o el incremento de las desigualdades sociales fruto del proceso de globalización.
Como presidente del Cercle per al Coneixement, ¿qué objetivos y prioridades se plantea para este año?
La Societat Econòmica d’Amics del País, de la que forma parte el Cercle per al Coneixement, tuvo un papel muy relevante en la revolución industrial del siglo XIX a través de la reflexión y la ayuda al desarrollo de la industria en Catalunya. Puesto que en el siglo XXI tal desarrollo se fundamenta en la utilización intensiva del conocimiento -en el tejido productivo, pero también en el conjunto de la sociedad-, corresponde a esta entidad entender los retos y tendencias globales que nos afectan y analizar las líneas de actuación que la sociedad catalana puede emprender en el marco anterior.
“Hay que promover las vocaciones técnicas”
Catalunya abanderó la industrialización en España. ¿Cómo afronta el reto de la cuarta revolución industrial?
Catalunya sigue siendo un referente de la industria tanto en producción como en exportación. El reto está en el desarrollo de la industria 4.0, esto es, en la introducción de las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones en los procesos productivos y en la innovación de los productos y su comercialización. Para ello es clave disponer en el tejido social de suficiente talento tecnológico -a lo que contribuyen las universidades tecnológicas en Catalunya- y de un gran espíritu innovador.
¿Cuáles son los ámbitos de responsabilidad de los sectores público y privado ante el nuevo paradigma?
Las administraciones públicas deben favorecer la nueva revolución industrial: aquí radica el posicionamiento industrial futuro de Catalunya. Hay que orientar las políticas a la mejora de la financiación de las universidades y centros de innovación -donde se gestiona la calidad del talento- y promover las condiciones para la atracción de talento exterior. Y el sector privado tiene que acelerar la introducción de las tecnologías digitales para no perder competitividad y evitar quedarse fuera de los nuevos mercados emergentes. Los ámbitos público y privado deben coordinar acciones que permitan acelerar el proceso de forma eficaz con el impulso de una demanda innovadora que el sector productivo local pueda satisfacer y el favorecimiento de la concentración empresarial en entidades de mayor volumen que facilite los procesos de exportación.
¿Qué efectos pueden producirse en el mercado laboral como consecuencia de este cambio?
La transformación del tejido trae como consecuencia la sustitución progresiva de mano de obra de baja cualificación por automatismos y robots, al tiempo que se precisa de personal más cualificado para desarrollar, atender y mantener sistemas productivos tecnológicamente más complejos. Se da un desplazamiento de la tipología del trabajo por la que se transfieren trabajadores hacia el sector de servicios y se demandan nuevos trabajadores de más valor añadido.
¿El modelo educativo garantiza una posición de competitividad para la economía catalana?
El modelo educativo catalán, enfocado a la potenciación de las actitudes personales, es muy adecuado para favorecer la consecución del talento. Pero debería hacerse un esfuerzo suplementario en generar vocaciones técnicas -que se están mostrando insuficientes para atender la creciente demanda de perfiles para la nueva industria 4.0- y en revisar la formación profesional, que si bien ha mejorado mucho en los últimos años, deberá adecuarse a las nuevas necesidades industriales.
¿Puede valorar el aprovechamiento que se hace de las potencialidades de las TIC en nuestra sociedad?
No se puede pretender contar con un sector industrial avanzado dentro de una sociedad que no lo es en el uso de las TIC. Su adopción en la sociedad española ha ido siempre retrasada con respecto a los indicadores de los países de la Unión Europea (UE). Catalunya ha tenido una evolución algo más avanzada, en el entorno de la media europea, lo que facilitará un mejor desarrollo de la industria 4.0.
¿Ve factible blindar el Estado del Bienestar tras los efectos de las políticas de austeridad de la UE y, sobre todo, teniendo en cuenta cuáles son las tendencias demográficas en el país?
El Estado del Bienestar no sufre por la política de austeridad marcada por la Unión, sino por los recortes presupuestarios que algunos países -también el nuestro- se han visto obligados a hacer para atender a una deuda desbocada, por el despilfarro y la pésimas decisiones inversoras en el sector público y en el privado. Sea como fuere, parece que se estén priorizando los objetivos de crecimiento sobre los verdaderos retos de la sociedad, como son el envejecimiento de la población, el cambio climático, la sostenibilidad o el incremento de las desigualdades sociales fruto del proceso de globalización.
Como presidente del Cercle per al Coneixement, ¿qué objetivos y prioridades se plantea para este año?
La Societat Econòmica d’Amics del País, de la que forma parte el Cercle per al Coneixement, tuvo un papel muy relevante en la revolución industrial del siglo XIX a través de la reflexión y la ayuda al desarrollo de la industria en Catalunya. Puesto que en el siglo XXI tal desarrollo se fundamenta en la utilización intensiva del conocimiento -en el tejido productivo, pero también en el conjunto de la sociedad-, corresponde a esta entidad entender los retos y tendencias globales que nos afectan y analizar las líneas de actuación que la sociedad catalana puede emprender en el marco anterior.
“Hay que promover las vocaciones técnicas”
Catalunya abanderó la industrialización en España. ¿Cómo afronta el reto de la cuarta revolución industrial?
Catalunya sigue siendo un referente de la industria tanto en producción como en exportación. El reto está en el desarrollo de la industria 4.0, esto es, en la introducción de las tecnologías de la información y de las telecomunicaciones en los procesos productivos y en la innovación de los productos y su comercialización. Para ello es clave disponer en el tejido social de suficiente talento tecnológico -a lo que contribuyen las universidades tecnológicas en Catalunya- y de un gran espíritu innovador.
¿Cuáles son los ámbitos de responsabilidad de los sectores público y privado ante el nuevo paradigma?
Las administraciones públicas deben favorecer la nueva revolución industrial: aquí radica el posicionamiento industrial futuro de Catalunya. Hay que orientar las políticas a la mejora de la financiación de las universidades y centros de innovación -donde se gestiona la calidad del talento- y promover las condiciones para la atracción de talento exterior. Y el sector privado tiene que acelerar la introducción de las tecnologías digitales para no perder competitividad y evitar quedarse fuera de los nuevos mercados emergentes. Los ámbitos público y privado deben coordinar acciones que permitan acelerar el proceso de forma eficaz con el impulso de una demanda innovadora que el sector productivo local pueda satisfacer y el favorecimiento de la concentración empresarial en entidades de mayor volumen que facilite los procesos de exportación.
¿Qué efectos pueden producirse en el mercado laboral como consecuencia de este cambio?
La transformación del tejido trae como consecuencia la sustitución progresiva de mano de obra de baja cualificación por automatismos y robots, al tiempo que se precisa de personal más cualificado para desarrollar, atender y mantener sistemas productivos tecnológicamente más complejos. Se da un desplazamiento de la tipología del trabajo por la que se transfieren trabajadores hacia el sector de servicios y se demandan nuevos trabajadores de más valor añadido.
¿El modelo educativo garantiza una posición de competitividad para la economía catalana?
El modelo educativo catalán, enfocado a la potenciación de las actitudes personales, es muy adecuado para favorecer la consecución del talento. Pero debería hacerse un esfuerzo suplementario en generar vocaciones técnicas -que se están mostrando insuficientes para atender la creciente demanda de perfiles para la nueva industria 4.0- y en revisar la formación profesional, que si bien ha mejorado mucho en los últimos años, deberá adecuarse a las nuevas necesidades industriales.
¿Puede valorar el aprovechamiento que se hace de las potencialidades de las TIC en nuestra sociedad?
No se puede pretender contar con un sector industrial avanzado dentro de una sociedad que no lo es en el uso de las TIC. Su adopción en la sociedad española ha ido siempre retrasada con respecto a los indicadores de los países de la Unión Europea (UE). Catalunya ha tenido una evolución algo más avanzada, en el entorno de la media europea, lo que facilitará un mejor desarrollo de la industria 4.0.
¿Ve factible blindar el Estado del Bienestar tras los efectos de las políticas de austeridad de la UE y, sobre todo, teniendo en cuenta cuáles son las tendencias demográficas en el país?
El Estado del Bienestar no sufre por la política de austeridad marcada por la Unión, sino por los recortes presupuestarios que algunos países -también el nuestro- se han visto obligados a hacer para atender a una deuda desbocada, por el despilfarro y la pésimas decisiones inversoras en el sector público y en el privado. Sea como fuere, parece que se estén priorizando los objetivos de crecimiento sobre los verdaderos retos de la sociedad, como son el envejecimiento de la población, el cambio climático, la sostenibilidad o el incremento de las desigualdades sociales fruto del proceso de globalización.
Como presidente del Cercle per al Coneixement, ¿qué objetivos y prioridades se plantea para este año?
La Societat Econòmica d’Amics del País, de la que forma parte el Cercle per al Coneixement, tuvo un papel muy relevante en la revolución industrial del siglo XIX a través de la reflexión y la ayuda al desarrollo de la industria en Catalunya. Puesto que en el siglo XXI tal desarrollo se fundamenta en la utilización intensiva del conocimiento -en el tejido productivo, pero también en el conjunto de la sociedad-, corresponde a esta entidad entender los retos y tendencias globales que nos afectan y analizar las líneas de actuación que la sociedad catalana puede emprender en el marco anterior.