Tras la finalización de la última prórroga de la moratoria concursal, según el informe emitido por el Registro Mercantil, se ha producido un aumento del 15,6% de concursos de acreedores presentados en el mes de agosto con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
En los próximos meses habrá que analizar la tendencia real de este incremento ya que en el mes anterior ha influido de forma notable el fin de la moratoria.
Asimismo, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la creación de sociedades mercantiles cayó durante el mes de julio un 14,4% y en agosto un 6,1% interanual.
Derivado de la evolución previsible de los indicadores económicos, que señalan una ralentización de la economía, una reducción del consumo, de la facturación del comercio y una inflación de dos dígitos, probablemente estos porcentajes se puedan mantener o, incluso, aumentar.
No hay que olvidar que el encarecimiento generalizado de los costes de producción de las empresas, especialmente por el incremento desorbitado de la energía y de las materias primas, unido al aumento del coste de la financiación como consecuencia de la subida de los tipos de interés, crean un caldo de cultivo nada favorable para la evolución de la economía.
La combinación de estancamiento económico e inflación (esto es, la estanflación) hace prever un final de año difícil, que afectará de forma negativa al funcionamiento de las empresas.
Tras la finalización de la última prórroga de la moratoria concursal, según el informe emitido por el Registro Mercantil, se ha producido un aumento del 15,6% de concursos de acreedores presentados en el mes de agosto con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
En los próximos meses habrá que analizar la tendencia real de este incremento ya que en el mes anterior ha influido de forma notable el fin de la moratoria.
Asimismo, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la creación de sociedades mercantiles cayó durante el mes de julio un 14,4% y en agosto un 6,1% interanual.
Derivado de la evolución previsible de los indicadores económicos, que señalan una ralentización de la economía, una reducción del consumo, de la facturación del comercio y una inflación de dos dígitos, probablemente estos porcentajes se puedan mantener o, incluso, aumentar.
No hay que olvidar que el encarecimiento generalizado de los costes de producción de las empresas, especialmente por el incremento desorbitado de la energía y de las materias primas, unido al aumento del coste de la financiación como consecuencia de la subida de los tipos de interés, crean un caldo de cultivo nada favorable para la evolución de la economía.
La combinación de estancamiento económico e inflación (esto es, la estanflación) hace prever un final de año difícil, que afectará de forma negativa al funcionamiento de las empresas.
Tras la finalización de la última prórroga de la moratoria concursal, según el informe emitido por el Registro Mercantil, se ha producido un aumento del 15,6% de concursos de acreedores presentados en el mes de agosto con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
En los próximos meses habrá que analizar la tendencia real de este incremento ya que en el mes anterior ha influido de forma notable el fin de la moratoria.
Asimismo, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) la creación de sociedades mercantiles cayó durante el mes de julio un 14,4% y en agosto un 6,1% interanual.
Derivado de la evolución previsible de los indicadores económicos, que señalan una ralentización de la economía, una reducción del consumo, de la facturación del comercio y una inflación de dos dígitos, probablemente estos porcentajes se puedan mantener o, incluso, aumentar.
No hay que olvidar que el encarecimiento generalizado de los costes de producción de las empresas, especialmente por el incremento desorbitado de la energía y de las materias primas, unido al aumento del coste de la financiación como consecuencia de la subida de los tipos de interés, crean un caldo de cultivo nada favorable para la evolución de la economía.
La combinación de estancamiento económico e inflación (esto es, la estanflación) hace prever un final de año difícil, que afectará de forma negativa al funcionamiento de las empresas.