“Se debe mantener la identidad comercial de Barcelona”
¿En qué medida el modelo turístico de Barcelona condiciona la evolución y la configuración de su oferta comercial?
Barcelona se ha convertido en una ciudad turística de primer nivel mundial desde una óptica vacacional, pero también vinculada a negocios, congresos, ferias, cultura, gastronomía y medicina. Su elemento transversal es el turismo de compras: el shopping se nutre de todas estas variantes. Por eso el turismo es tan importante en la actividad comercial de Barcelona. La ciudad ha sabido conjugar la oferta comercial en la trama urbana perfectamente integrada con la arquitectura, el urbanismo, la gastronomía y los museos, y cuenta con un gran número de establecimientos locales, de proximidad y emblemáticos, en una oferta ‘made in Barcelona’ capaz de ofrecer experiencias de compra diferentes y alejadas de la estandarización y la globalización.
¿Cómo lograr el equilibrio entre la presencia de marcas locales y el peso de las grandes enseñas internacionales?
Esta es una de las grandes preocupaciones que tenemos para preservar la singularidad de nuestra oferta comercial. La respuesta está en la implantación de los BID’s (Distrito de mejora de negocio o Business Improvement District), una forma moderna de gestión de los espacios públicos comerciales que garantiza un mix comercial equilibrado en cuanto a formatos y sectores, de manera que no se monopolice la oferta en determinados operadores y en una oferta comercial de poca variedad. Desde las directivas europeas se debería tomar conciencia de la necesidad de legislar para evitar ciudades clones y su consiguiente pérdida de identidad comercial.
¿Cuáles son los grandes retos que afronta el sector para competir en experiencia de compra con otras ciudades?
Hay que mantener la identidad comercial que hace de Barcelona una ciudad diferente desde el punto de vista de shopping. Debemos velar por la capacidad competitiva de nuestro comercio y creernos que el comercio local puede y debe tener vocación de crecimiento y de competir con otros formatos.
¿Qué potencial ofrece la incorporación de las tecnologías digitales?
El nuevo consumidor no entiende la relación con el comercio sin la aplicación de las nuevas tecnologías, que deben estar presentes no solo en el online sino en el punto de venta. El potencial es enorme y gran parte de la transformación del sector estará condicionada por ello, y los empresarios cada vez estamos más concienciados hacia este cambio de mentalidad.
¿Persisten los efectos de la crisis económica?
Los indicadores de crecimiento están persistiendo en los últimos trimestres, aunque no hay que olvidar que la tasa de paro aún es muy alta en nuestro país y que las preferencias del gasto han cambiado mucho desde antes de la crisis. Eso motiva que el consumo no se encuentre todavía en los niveles óptimos; hace falta trabajar mucho para volver a sembrar confianza en el consumidor, y así cerrar el círculo de la recuperación.
¿Cuál es la posición de Barcelona Oberta en materia de horarios comerciales y rebajas?
Defendemos una posición mucho menos restrictiva en materia de horarios comerciales turísticos: es ridículo que la ciudad más turística del país legisle cinco domingos de apertura comercial turística (tres en mayo y dos en octubre). Hay que hacer mucha pedagogía para que el comercio local entienda las oportunidades que significa captar las divisas que perdemos por tener una medida tan restrictiva y creemos importante extender las bondades del turismo de compras a otros ejes comerciales con potencialidad turística, como los Encantes, Gaixample, Gaudí, Sant Antoni o Poble Nou.
Con respecto a las rebajas, las prioridades de gasto de los consumidores han cambiado y desde la crisis el factor precio forma parte de las decisiones de compra. Internet, los outlets, las promociones o las ofertas están presentes todo el año, con lo que limitar y prohibir periodos de rebajas resulta absurdo. De ahí el cambio de la ley que vemos muy positivo por parte del Govern catalán.
¿Es fluida la cooperación institucional con las administraciones públicas?
Una asociación como la nuestra debe ser una entidad de cooperación con el poder político e institucional. No vale con ser críticos, hace falta ser constructivos y acercarse a las instituciones a fin de encontrar los mejores equilibrios para el sector y para la sociedad, ya que el interés común debe prevalecer sobre el ideológico o el de un colectivo. En general estamos satisfechos del nivel de cooperación.
“Se debe mantener la identidad comercial de Barcelona”
¿En qué medida el modelo turístico de Barcelona condiciona la evolución y la configuración de su oferta comercial?
Barcelona se ha convertido en una ciudad turística de primer nivel mundial desde una óptica vacacional, pero también vinculada a negocios, congresos, ferias, cultura, gastronomía y medicina. Su elemento transversal es el turismo de compras: el shopping se nutre de todas estas variantes. Por eso el turismo es tan importante en la actividad comercial de Barcelona. La ciudad ha sabido conjugar la oferta comercial en la trama urbana perfectamente integrada con la arquitectura, el urbanismo, la gastronomía y los museos, y cuenta con un gran número de establecimientos locales, de proximidad y emblemáticos, en una oferta ‘made in Barcelona’ capaz de ofrecer experiencias de compra diferentes y alejadas de la estandarización y la globalización.
¿Cómo lograr el equilibrio entre la presencia de marcas locales y el peso de las grandes enseñas internacionales?
Esta es una de las grandes preocupaciones que tenemos para preservar la singularidad de nuestra oferta comercial. La respuesta está en la implantación de los BID’s (Distrito de mejora de negocio o Business Improvement District), una forma moderna de gestión de los espacios públicos comerciales que garantiza un mix comercial equilibrado en cuanto a formatos y sectores, de manera que no se monopolice la oferta en determinados operadores y en una oferta comercial de poca variedad. Desde las directivas europeas se debería tomar conciencia de la necesidad de legislar para evitar ciudades clones y su consiguiente pérdida de identidad comercial.
¿Cuáles son los grandes retos que afronta el sector para competir en experiencia de compra con otras ciudades?
Hay que mantener la identidad comercial que hace de Barcelona una ciudad diferente desde el punto de vista de shopping. Debemos velar por la capacidad competitiva de nuestro comercio y creernos que el comercio local puede y debe tener vocación de crecimiento y de competir con otros formatos.
¿Qué potencial ofrece la incorporación de las tecnologías digitales?
El nuevo consumidor no entiende la relación con el comercio sin la aplicación de las nuevas tecnologías, que deben estar presentes no solo en el online sino en el punto de venta. El potencial es enorme y gran parte de la transformación del sector estará condicionada por ello, y los empresarios cada vez estamos más concienciados hacia este cambio de mentalidad.
¿Persisten los efectos de la crisis económica?
Los indicadores de crecimiento están persistiendo en los últimos trimestres, aunque no hay que olvidar que la tasa de paro aún es muy alta en nuestro país y que las preferencias del gasto han cambiado mucho desde antes de la crisis. Eso motiva que el consumo no se encuentre todavía en los niveles óptimos; hace falta trabajar mucho para volver a sembrar confianza en el consumidor, y así cerrar el círculo de la recuperación.
¿Cuál es la posición de Barcelona Oberta en materia de horarios comerciales y rebajas?
Defendemos una posición mucho menos restrictiva en materia de horarios comerciales turísticos: es ridículo que la ciudad más turística del país legisle cinco domingos de apertura comercial turística (tres en mayo y dos en octubre). Hay que hacer mucha pedagogía para que el comercio local entienda las oportunidades que significa captar las divisas que perdemos por tener una medida tan restrictiva y creemos importante extender las bondades del turismo de compras a otros ejes comerciales con potencialidad turística, como los Encantes, Gaixample, Gaudí, Sant Antoni o Poble Nou.
Con respecto a las rebajas, las prioridades de gasto de los consumidores han cambiado y desde la crisis el factor precio forma parte de las decisiones de compra. Internet, los outlets, las promociones o las ofertas están presentes todo el año, con lo que limitar y prohibir periodos de rebajas resulta absurdo. De ahí el cambio de la ley que vemos muy positivo por parte del Govern catalán.
¿Es fluida la cooperación institucional con las administraciones públicas?
Una asociación como la nuestra debe ser una entidad de cooperación con el poder político e institucional. No vale con ser críticos, hace falta ser constructivos y acercarse a las instituciones a fin de encontrar los mejores equilibrios para el sector y para la sociedad, ya que el interés común debe prevalecer sobre el ideológico o el de un colectivo. En general estamos satisfechos del nivel de cooperación.
“Se debe mantener la identidad comercial de Barcelona”
¿En qué medida el modelo turístico de Barcelona condiciona la evolución y la configuración de su oferta comercial?
Barcelona se ha convertido en una ciudad turística de primer nivel mundial desde una óptica vacacional, pero también vinculada a negocios, congresos, ferias, cultura, gastronomía y medicina. Su elemento transversal es el turismo de compras: el shopping se nutre de todas estas variantes. Por eso el turismo es tan importante en la actividad comercial de Barcelona. La ciudad ha sabido conjugar la oferta comercial en la trama urbana perfectamente integrada con la arquitectura, el urbanismo, la gastronomía y los museos, y cuenta con un gran número de establecimientos locales, de proximidad y emblemáticos, en una oferta ‘made in Barcelona’ capaz de ofrecer experiencias de compra diferentes y alejadas de la estandarización y la globalización.
¿Cómo lograr el equilibrio entre la presencia de marcas locales y el peso de las grandes enseñas internacionales?
Esta es una de las grandes preocupaciones que tenemos para preservar la singularidad de nuestra oferta comercial. La respuesta está en la implantación de los BID’s (Distrito de mejora de negocio o Business Improvement District), una forma moderna de gestión de los espacios públicos comerciales que garantiza un mix comercial equilibrado en cuanto a formatos y sectores, de manera que no se monopolice la oferta en determinados operadores y en una oferta comercial de poca variedad. Desde las directivas europeas se debería tomar conciencia de la necesidad de legislar para evitar ciudades clones y su consiguiente pérdida de identidad comercial.
¿Cuáles son los grandes retos que afronta el sector para competir en experiencia de compra con otras ciudades?
Hay que mantener la identidad comercial que hace de Barcelona una ciudad diferente desde el punto de vista de shopping. Debemos velar por la capacidad competitiva de nuestro comercio y creernos que el comercio local puede y debe tener vocación de crecimiento y de competir con otros formatos.
¿Qué potencial ofrece la incorporación de las tecnologías digitales?
El nuevo consumidor no entiende la relación con el comercio sin la aplicación de las nuevas tecnologías, que deben estar presentes no solo en el online sino en el punto de venta. El potencial es enorme y gran parte de la transformación del sector estará condicionada por ello, y los empresarios cada vez estamos más concienciados hacia este cambio de mentalidad.
¿Persisten los efectos de la crisis económica?
Los indicadores de crecimiento están persistiendo en los últimos trimestres, aunque no hay que olvidar que la tasa de paro aún es muy alta en nuestro país y que las preferencias del gasto han cambiado mucho desde antes de la crisis. Eso motiva que el consumo no se encuentre todavía en los niveles óptimos; hace falta trabajar mucho para volver a sembrar confianza en el consumidor, y así cerrar el círculo de la recuperación.
¿Cuál es la posición de Barcelona Oberta en materia de horarios comerciales y rebajas?
Defendemos una posición mucho menos restrictiva en materia de horarios comerciales turísticos: es ridículo que la ciudad más turística del país legisle cinco domingos de apertura comercial turística (tres en mayo y dos en octubre). Hay que hacer mucha pedagogía para que el comercio local entienda las oportunidades que significa captar las divisas que perdemos por tener una medida tan restrictiva y creemos importante extender las bondades del turismo de compras a otros ejes comerciales con potencialidad turística, como los Encantes, Gaixample, Gaudí, Sant Antoni o Poble Nou.
Con respecto a las rebajas, las prioridades de gasto de los consumidores han cambiado y desde la crisis el factor precio forma parte de las decisiones de compra. Internet, los outlets, las promociones o las ofertas están presentes todo el año, con lo que limitar y prohibir periodos de rebajas resulta absurdo. De ahí el cambio de la ley que vemos muy positivo por parte del Govern catalán.
¿Es fluida la cooperación institucional con las administraciones públicas?
Una asociación como la nuestra debe ser una entidad de cooperación con el poder político e institucional. No vale con ser críticos, hace falta ser constructivos y acercarse a las instituciones a fin de encontrar los mejores equilibrios para el sector y para la sociedad, ya que el interés común debe prevalecer sobre el ideológico o el de un colectivo. En general estamos satisfechos del nivel de cooperación.