Después de casi cuatro años de aplicación de la última reforma laboral, las medidas de flexibilidad interna para sortear las dificultades de las empresas pierden fuelle. Mientras, persiste el recurso del despido mediante un expediente de regulación de empleo (ERE). Los despidos con un ERE se acumulan en los servicios –también es el sector más numeroso–, al tiempo que las fórmulas de ajuste que no pasan por echar a los trabajadores a la calle se concentran en la industria. A pesar de los comentarios sobre una posible anticipación en los últimos meses de ERE con despidos por temor a la modificación del actual marco legislativo, los expertos consultados se muestran escépticos.
Después de casi cuatro años de aplicación de la última reforma laboral, las medidas de flexibilidad interna para sortear las dificultades de las empresas pierden fuelle. Mientras, persiste el recurso del despido mediante un expediente de regulación de empleo (ERE). Los despidos con un ERE se acumulan en los servicios –también es el sector más numeroso–, al tiempo que las fórmulas de ajuste que no pasan por echar a los trabajadores a la calle se concentran en la industria. A pesar de los comentarios sobre una posible anticipación en los últimos meses de ERE con despidos por temor a la modificación del actual marco legislativo, los expertos consultados se muestran escépticos.
Después de casi cuatro años de aplicación de la última reforma laboral, las medidas de flexibilidad interna para sortear las dificultades de las empresas pierden fuelle. Mientras, persiste el recurso del despido mediante un expediente de regulación de empleo (ERE). Los despidos con un ERE se acumulan en los servicios –también es el sector más numeroso–, al tiempo que las fórmulas de ajuste que no pasan por echar a los trabajadores a la calle se concentran en la industria. A pesar de los comentarios sobre una posible anticipación en los últimos meses de ERE con despidos por temor a la modificación del actual marco legislativo, los expertos consultados se muestran escépticos.