El valor económico es un concepto en constante evolución y, mientras que el cliente siga teniendo la primera y la última palabra, las organizaciones deben aprender a identificarlo y a generarlo. Y hoy el valor está en las experiencias. Y las experiencias memorables son relatos compartidos que despiertan emociones. El éxito de cualquier organización depende de dos hechos bastante sencillos de explicar: por un lado, los clientes valoran las experiencias más que los productos o servicios. Por otro lado, las experiencias están formadas por dos componentes: la existencia de un relato identitario compatible con la narrativa biográfica del cliente y la presencia de una emoción positiva y suficientemente relevante. Mientras que el primer asunto es un tema de comunicación, el segundo habita entre la psicología y el diseño, y tal vez por eso resulta más difícil de entender y sigue despertando cierto escepticismo.
FUENTE: SINTESIS DIARIA
El valor económico es un concepto en constante evolución y, mientras que el cliente siga teniendo la primera y la última palabra, las organizaciones deben aprender a identificarlo y a generarlo. Y hoy el valor está en las experiencias. Y las experiencias memorables son relatos compartidos que despiertan emociones. El éxito de cualquier organización depende de dos hechos bastante sencillos de explicar: por un lado, los clientes valoran las experiencias más que los productos o servicios. Por otro lado, las experiencias están formadas por dos componentes: la existencia de un relato identitario compatible con la narrativa biográfica del cliente y la presencia de una emoción positiva y suficientemente relevante. Mientras que el primer asunto es un tema de comunicación, el segundo habita entre la psicología y el diseño, y tal vez por eso resulta más difícil de entender y sigue despertando cierto escepticismo.
FUENTE: SINTESIS DIARIA
El valor económico es un concepto en constante evolución y, mientras que el cliente siga teniendo la primera y la última palabra, las organizaciones deben aprender a identificarlo y a generarlo. Y hoy el valor está en las experiencias. Y las experiencias memorables son relatos compartidos que despiertan emociones. El éxito de cualquier organización depende de dos hechos bastante sencillos de explicar: por un lado, los clientes valoran las experiencias más que los productos o servicios. Por otro lado, las experiencias están formadas por dos componentes: la existencia de un relato identitario compatible con la narrativa biográfica del cliente y la presencia de una emoción positiva y suficientemente relevante. Mientras que el primer asunto es un tema de comunicación, el segundo habita entre la psicología y el diseño, y tal vez por eso resulta más difícil de entender y sigue despertando cierto escepticismo.
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