Frente al constante aumento de prácticas desleales relacionadas con el secreto empresarial, el Parlamento Europeo desarrolló la Directiva (UE) 2016/943 para tratar de ofrecer una protección armonizada del mismo y conservar la ventaja competitiva que otorga a su titular. Ahora esta directiva se transpone a nivel nacional mediante el Proyecto de Ley de Secretos Empresariales, aprobado el 25 de mayo pasado por el Consejo de Ministros.
El proyecto de ley, que entra ahora en su fase de tramitación parlamentaria, busca amparar toda información de aplicación industrial y comercial no divulgada, contra su obtención, utilización y revelación ilícitas. Entre otros puntos, la norma aboga por una protección eficaz del secreto empresarial, lo define, precisa las conductas constitutivas de su violación (junto con sus excepciones), regula su transmisibilidad, su potencial cotitularidad y establece un abanico de medidas de defensa jurídica, tanto a nivel sustantivo como procesal, con especial atención a la regulación de la indemnización de daños y perjuicios.
La iniciativa supone una mejora de la regulación vigente en materia de secretos empresariales sobre todo en el ámbito procesal, volviéndola más protectora y ágil; además de quedar sujeta a la interpretación autónoma y uniforme del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Frente al constante aumento de prácticas desleales relacionadas con el secreto empresarial, el Parlamento Europeo desarrolló la Directiva (UE) 2016/943 para tratar de ofrecer una protección armonizada del mismo y conservar la ventaja competitiva que otorga a su titular. Ahora esta directiva se transpone a nivel nacional mediante el Proyecto de Ley de Secretos Empresariales, aprobado el 25 de mayo pasado por el Consejo de Ministros.
El proyecto de ley, que entra ahora en su fase de tramitación parlamentaria, busca amparar toda información de aplicación industrial y comercial no divulgada, contra su obtención, utilización y revelación ilícitas. Entre otros puntos, la norma aboga por una protección eficaz del secreto empresarial, lo define, precisa las conductas constitutivas de su violación (junto con sus excepciones), regula su transmisibilidad, su potencial cotitularidad y establece un abanico de medidas de defensa jurídica, tanto a nivel sustantivo como procesal, con especial atención a la regulación de la indemnización de daños y perjuicios.
La iniciativa supone una mejora de la regulación vigente en materia de secretos empresariales sobre todo en el ámbito procesal, volviéndola más protectora y ágil; además de quedar sujeta a la interpretación autónoma y uniforme del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Frente al constante aumento de prácticas desleales relacionadas con el secreto empresarial, el Parlamento Europeo desarrolló la Directiva (UE) 2016/943 para tratar de ofrecer una protección armonizada del mismo y conservar la ventaja competitiva que otorga a su titular. Ahora esta directiva se transpone a nivel nacional mediante el Proyecto de Ley de Secretos Empresariales, aprobado el 25 de mayo pasado por el Consejo de Ministros.
El proyecto de ley, que entra ahora en su fase de tramitación parlamentaria, busca amparar toda información de aplicación industrial y comercial no divulgada, contra su obtención, utilización y revelación ilícitas. Entre otros puntos, la norma aboga por una protección eficaz del secreto empresarial, lo define, precisa las conductas constitutivas de su violación (junto con sus excepciones), regula su transmisibilidad, su potencial cotitularidad y establece un abanico de medidas de defensa jurídica, tanto a nivel sustantivo como procesal, con especial atención a la regulación de la indemnización de daños y perjuicios.
La iniciativa supone una mejora de la regulación vigente en materia de secretos empresariales sobre todo en el ámbito procesal, volviéndola más protectora y ágil; además de quedar sujeta a la interpretación autónoma y uniforme del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.